martes, 11 de agosto de 2015

OSHO EL EGO.


El ego siempre es agresivo...
Cuando te vuelves pasivo, el ego se disuelve... 
Entonces no hay nadie para preguntar, para pedir, simplemente no hay nadie... 
El "yo" ha desaparecido y eres una casa vacía, un profundo vacío, simplemente eres... 
Y de repente, sin pedirlo, te es concedido todo lo que hubieras podido imaginar.
Cuando llamas a las puertas del templo (a la verdad), ¿qué estás haciendo?... Estás siendo agresivo... 
Tienes que venir a la puerta del templo en absoluto silencio...
Tienes que venir como una nada, como si no hubiera venido nadie... sin ego.
Tienes que esperar en la puerta y entrar cuando la puerta se abra. No hay que tener prisa. Puedes sentarte y relajarte en la puerta. (Sentarte en silencio y esperar a que el Todo venga a ti y te inunda de arriba a abajo... entonces tendrás las puertas abiertas del templo, de la verdad).
Pero, ¿cómo vas a ser un Todo si preguntas?... 
Si eres agresivo, no puedes ser total. Una totalidad siempre es silenciosa; sin conflicto en el interior. Por eso no puedes estar en conflicto en el exterior. 
La totalidad es serena, tranquila y recogida. Es una unión profunda.
Esperar es oración, esperar es meditación, esperar lo es todo. Todo ocurre a través de la espera. Es el arte más grande, ¿por qué? Porque se vive en el mayor de los misterios, se vive lo más profundo, fluye lo más elevado.
La verdad es un acontecimiento; uno solo tiene que permitirlo... 
No hay que hacer nada directamente; uno solo tiene que permitirlo... 
No serás capaz de saberlo hasta que ocurra, porque tú lo único que sabes es que cuando haces algo ocurre algo, y cuando no haces nada, no ocurre nada... Pero, si observas tu propia vida, verás muchas cosas ocurriendo sin que tú hagas nada. 
Cuando alguien preguntó al gran maestro Zenerin: "¿Qué haces con tus discípulos?" Él contestó: "No hago nada." 
El interlocutor insistió: "Pero a tu alrededor ocurren muchas cosas, tienes que estar haciendo algo". 
Zenerin respondió: "Sentado tranquilamente, sin hacer nada, la primavera llega, y la hierba crece por sí sola".

Osho

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