20 de junio de 2012 a la(s) 10:06
La doctora Lanctôt, nacida en Canadá, inició desde hace 25 años este trabajo en su país. Después siguió en Francia y Estados Unidos. Llega ahora a España con sus argumentos sobre el sistema de sanidad actual en el mundo: “Atiende a la enfermedad, no a la salud, al tiempo que hace vulnerables a las personas al volverles ignorantes, dependientes y consumidores de fármacos”.
 
"La Mafia Médica" es el título del libro que le costó a la doctora Ghislaine Lanctôt su expulsión del colegio de médicos y la retirada de su licencia para ejercer medicina, después de 25 años de ejercer como medica. La autora, habla sobre todos los miedos y mentiras mal infundadas por quienes tienen el poder y que no tienen escrúpulos cuando de dinero se trata; comprometiendo nuestra salud y nuestra capacidad de autorregulación natural, volviéndonos manipulables y completamente dependientes del sistema de la salud a nivel mundial.
 
Ella muestra la verdadera naturaleza de las enfermedades, explica cómo las grandes empresas farmacéuticas controlan no sólo la investigación sino también la docencia médica, y cómo se ha creado un Sistema Sanitario basado en la enfermedad en lugar de en la salud, que hace crónica las enfermedades y mantiene a los ciudadanos ignorantes. 
“El individuo es soberano respecto de sus decisiones en torno a la propia salud, pero a veces no lo sabe; por eso es necesario recodárselo y enseñarle a usar su propio poder, y así tener una mejor salud y vida”, afirma la doctora Ghislaine Lanctôt, un polémico trabajo que denuncia la forma en que organismos internacionales, gobiernos, laboratorios y entidades financieras manipulan los sistemas de salud.
 
¿Qué es “La mafia médica y cómo se estructura”?
La Organización Mundial de la Salud (OMS), es el Ministerio del “Gobierno Mundial” representado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Pues bien, la OMS es la que establece las políticas de salud y todos los países miembros ejecutan estas políticas. Todo esto es parte de un programa que se llama el Nuevo Orden Mundial anunciado por el entonces presidente de Estados Unidos George Bush (padre del actual presidente George W. Bush) en 1990, pero ya estaba en preparación desde años y años. “El individuo ha entregado su poder a los médicos y su dinero a los seguros”
Es el poder absoluto a nivel mundial, y existe porque está establecido con todos los organismos que funcionan como ministerios, la OTAN, UNICEF, UNESCO, FAO. Todas estas estructuras son los ministerios del “Gobierno Mundial” estableciendo las políticas en diferentes ámbitos para todos los países del planeta.
 
¿Cómo actúa esta estructura, qué ejemplos puede dar?
Un ejemplo actual y obvio es la gripe aviar. La epidemia no existe. Las cifras exactas son de 152 casos de personas que murieron en un plazo de nueve años a nivel mundial, pero la OMS y el “Gobierno Mundial” decidieron que habría una epidemia. Los gobiernos se preparan e invierten una fortuna en millones de dólares en prepararse ante una epidemia que no existe.
 
¿Te inspira confianza el símbolo de la medicina?
También se preparan las mentes de las personas y cuando van a decidir que ya está la epidemia, la gente estará lista y en su cabeza dirá ¡es verdad! Es un ejemplo evidente de política y estrategia a nivel mundial en el ámbito de la salud. Pero es así en cualquier ámbito: en la agricultura con la FAO, en la OMS con la salud…
 
Desde el ámbito de la legalidad internacional, ¿Cómo actúa esta mafia?, ¿es posible poner un límite con las leyes?
La mafia a la que nos referimos es oficial, no es una estructura escondida al margen de la legalidad. Involucra directamente al poder legislativo. Y lo que ellos (los integrantes de esta estructura) llaman ilegal es la competencia. Por ejemplo los medicamentos genéricos, las medicinas suaves, la rama herbolaria, se elimina con formas claras de impedir el uso de productos porque son competidores y molestan a la mafia oficial, que se llama gobierno. Ellos llaman a los demás mafia, cuando en verdad son ellos la verdadera mafia.
 
¿Por qué es un tema del que se debate poco a nivel público?
Algunos médicos lo han denunciado desde hace mucho tiempo, y cada vez más gente lo ha hecho, pero a costa de grandes castigos. Algunos murieron y todas las personas que dicen cómo funciona, pierden sus privilegios: El derecho de práctica, su laboratorio si lo tienen, sus centros de estudios, su reputación, su dinero, están eliminados tanto a nivel financiero, como social, y hasta físicamente también.
 
Fuente: http://teatrevesadespertar.wordpress.com/2010/11/29/la-doctora-ghislaine-lanctot-habla-la-mafia-medica/ 
 
 
Entrevista realizada por Victor-M.Amela a Ghislaine Lanctôt, ex médica y autora del libro "La mafia médica", en el que cuestiona el sistema médico actual.
 
Nací en Montreal (Canadá). Fui médico y hoy soy Ghislaine Lactot médico del alma. Me he divorciado dos veces y tengo cuatro hijos (de 37 a 28 años) y cuatro nietos. ¿Política? ¡Soberanía individual! Cree en ti: eres divino y lo has olvidado. La medicina actual fomenta la enfermedad, no la salud: lo denuncio en mi libro “La mafia médica”.
 

Estoy griposo, ¿qué me receta?
–Nada.
 
¿Ni un poquito de Frenadol? -¿Para qué? ¿Para tapar síntomas? No. ¡Atienda a sus síntomas, escúchese! Y su alma le dará la receta.
 

Pero, ¿me meto en la cama o no?
–Pregúnteselo usted mismo, y haga lo que crea que le conviene más. ¡Crea en usted!
 

¡A los virus les da igual lo que yo crea!
–Ah, ya veo: elige usted el papel de víctima. Su actitud es: “He pillado una gripe. Soy víctima de un virus. ¡Necesito medicinas!”. Pues sí, como todos... –Pues allá usted... Mi actitud sería: “Me he regalado una gripe. ¡Soy la única responsable! Debo cuidarme un poco”. Y me metería en cama, reposaría, me relajaría, meditaría en cómo me he maltratado últimamente...
 

¿Se ha “regalado” una gripe, dice?
–¡Sí! Tu enfermedad viene de ti, no viene de fuera. La enfermedad es un regalo que tú te haces para encontrarte contigo mismo.
 
Pero nadie desea una enfermedad...
–Tu enfermedad refleja una desarmonía interior, en tu alma. Tu enfermedad es tu aliada, te señala que mires en tu alma, a ver qué te sucede. ¡Dale las gracias: te brinda la ocasión de hacer las paces contigo mismo!
 

Quizá sea más práctico una pastillita...
–¿Hacer la guerra a la enfermedad? Eso propone la medicina actual, y las guerras matan, traen siempre muertes.
 

No me dirá ahora que la medicina mata...
–¡Un tercio de las personas hospitalizadas lo son por efectos medicamentosos! En Estados Unidos, 700.000 personas mueren al año a causa de efectos secundarios de medicamentos y de tratamientos hospitalarios.
 

Morirían igual sin medicamentos, oiga.
–No. No si cambiamos el enfoque: la medicina actual ha olvidado la salud, ¡es una medicina de enfermedad y de muerte! No es una medicina de salud y de vida.
 
¿Medicina de enfermedad? Acláremelo... –En la antigua China, un acupuntor era despedido si su paciente enfermaba. O sea, ¡el médico cuidaba de la salud! ¿Ve? Toda nuestra medicina es, pues, el fracaso total.
 

Prefiere medicinas alternativas, pues...
–Respetan más el organismo que la medicina industrial, desde luego: homeopatía (¡será la medicina del siglo XXI!) acupuntura, fitoterapia, reflexoterapia, masoterapia...la práctica del yoga.. la meditación .. Son más baratas...y menos peligrosas.
 

Pero no te salvan de un cáncer.
–¡Pregúntele eso a la medicina convencional! ¿Te salva ella de un cáncer?
 
Puede hacerlo, sí. –Lo que hará seguro es envenenarte con cócteles químicos, quemarte con radiaciones, mutilarte con extirpaciones...
¡Y, encima, cada día aparecen más cánceres! ¿Por qué? Porque la gente vive olvidando su alma (que es divina): la paz de tu alma será tu salud, porque tu cuerpo es el reflejo material de tu alma. Si te reencuentras con tu alma, si la pacificas..., ¡no habrá cáncer!
 

Palabras bonitas, pero si un hijo suyo tuviese un cáncer, ¿qué haría usted?
–Alimentaría su fe en sí mismo: eso fortalece el sistema inmunitario, lo que aleja al cáncer. ¡El miedo es el peor enemigo! El miedo mina tus autodefensas. ¡Nada de miedo, nada de sumisión al cáncer! Tranquilidad, convicción, delicadeza, terapias suaves...
 
Perdone, pero lo más sensato es acudir a un oncólogo, a un médico especialista.
–La medicina convencional debiera ser sólo un último recurso, y muy extremo... Y si tu alma está en paz, eso jamás te hará falta.
 
Bien, pues tengamos el alma pacificada... pero, por si acaso, pongámonos vacunas.
–¡Nó y mil veces nó! Las fabrican con células ováricas de hámster cancerizadas para multiplicarlas y cultivarlas en un suero de ternera estabilizado con aluminio (eso, la de la hepatitis B, con su virus): ¿inyectaría usted eso a sus hijos?
 

Les he hecho inyectar ya varias...
–Y yo a los míos: fui médico, y por entonces no sabía aún todo lo que hoy sé... ¡Pero hoy mis hijos no vacunan ya a sus hijos!
 

Yo creo que seguiré vacunándolos...
–¿Por qué? La medicina actual mata moscas a martillazos: no siempre muere la mosca, pero siempre rompe la mesa de cristal. Son tantos los dañinos efectos secundarios...
 
 
¿Por qué abominó usted de la medicina? –Yo me hice médico para ayudar. Me dediqué a la flebología, a las varices. Llegué a tener varias clínicas. Pero fui dándome cuenta del poder mafioso de la industria médica, que atenta contra nuestra salud, ¡que vive a costa de que estemos enfermos! Lo denuncié... y me echaron del Colegio de Médicos.
 
O sea, ya no puede usted recetar... –¡Mejor! Los medicamentos están fabricados pensando en la lógica industrial del máximo beneficio económico, y no pensando en nuestra salud. Al revés: si estamos enfermos, ¡la mafia médica sigue ganando dinero!
 

¿Y a quiénes tilda de “mafia médica”?
–A la Organización Mundial de la Salud (OMS), a las multinacionales farmacéuticas que la financian, a los gobiernos obedientes, a hospitales y a médicos (muchos por ignorancia)... ¿Y qué hay detrás? ¡El dinero!
 

No escoge usted enemigos pequeños...
–Lo sé, pero si me hubiera callado, hubiese enfermado y hoy estaría ya muerta.
 

¿Cuál ha sido su última enfermedad?
–Hace dos días, ja, ja... ¡una diarrea!
 

Vaya: ¿qué reflejaba eso de su alma?
–Oh, no sé, no lo he analizado... Me he limitado a no comer... ¡y ya me siento bien!
 

Pero se pasa mal, ¿eh...?
–Ja, ja... Si la enfermedad te visita, ¡acógela, abrázala! ¡Haz la paz con ella! No salgas corriendo como loco en busca de un médico, de un salvador... Tu salvador vive dentro de ti. Tu salvador eres tú. ¡Dios está en ti!