Vive en Paz y Confía
Estáis viviendo una imperiosa
aceleración. Podéis observarlo con facilidad. Experimentáis en una semana o en
un mes lo que antes tardaba años. El Universo entero está alineado para
impulsar la evolución de la Humanidad, comenzando para ella una nueva fase de
su proceso consciencial.
A medida que el cuerpo humano
continúe mutando y descodificando su material adénico (energenético), los
procesos alquímicos de transformación serán no ya algo anunciado por antiguas
culturas, sino toda una realidad.
Como consecuencia de ello, por
ejemplo, notaréis cada vez más las restricciones de las palabras para comunicar
lo que vivenciáis. Pero no os inquietéis por nada, tampoco por esto, pues
vuestro Corazón se irá abriendo al lenguaje universal que es el Amor. Y, así, se
amará más, a todos y Todo, y se juzgara menos.
Igualmente, los seres humanos iréis
aprendiendo a desaprender. El camino de vuestro verdadero ser no es el de la
suma (acumular, competir y retener bienes, conocimientos, poder,…), sino el de
la resta (desprendimiento, desalojo interior, vaciamiento, dar, compartir,
cooperar…), soltando, a la par, lastres, culpas y miedos. Para ello, empezáis a
sintonizar desde el Corazón con otra frecuencia vibracional. De este modo,
paulatinamente, os iréis liberando de vuestra costumbre de procesar las
experiencias desde la densidad y la dualidad, fragilizando las estructuras
físicas y energéticas. Y, como fruto de ello, veréis y sentiréis que toda
experiencia en vuestra vida, la que sea, tiene su porqué y para qué en clave de
vuestro desarrollo consciencial y evolutivo. Todas las experiencias de la vida
son un Regalo creado por vosotros mismos desde vuestro interior y capacidad
co-creadora. Y la Vida es un Milagro que moviliza y activa tal capacidad para
que generéis esos Regalos. Así de simple y hermoso.
A medida que la Humanidad despierte
del sueño de la dualidad y la densidad consciencial, conectará con otro peldaño
diferente y sintonizará plenamente con la frecuencia vibracional del Amor. Y el
Amor resonará hasta en cada una de vuestras células. Os percataréis entonces
que Vivir Amando -que es, igualmente, Vivir Viviendo agradecido a la Vida y
atento al Aquí y Ahora- es la manera más intensa y auténtica de Vivir.
En todo ello, la energía femenina
ostenta un papel fundamental. No es cuestión del sexo de cada cual según su
cuerpo físico. Es algo mucho más sublime. Tanto en mujeres como en hombres, la
energía femenina toma protagonismo para restablecer el Equilibrio de género
(masculino-femenino) y activar, de forma totalmente consciente, la globalidad
de vuestras capacidades creadoras y la totalidad de vuestros dones y talentos.
Espacios nuevos e intermedios esperan
poder conectar con vuestro interior. Gozad del momento. Conectad
simbióticamente con la Madre Tierra y la Naturaleza. Y tomar consciencia de que
por medio de la Energía del Amor sois capaces de sentir, pensar y actuar al
unísono, todos como uno solo. Y ese Uno que Sois es lo que ha sido llamado de
tantas formas diferentes a través de los entramados religiosos que jalonaron
vuestra historia y se disuelven ahora ante la fuerza de una espiritualidad
nueva que os hará radicalmente Libres.
Amados, amad libremente la vida que
vivís y vivid libremente la vida que amáis. Habéis dejado la crisálida y
estrenáis alas. Todo en vosotros es Amor.
Y daros cuenta de que ya tenéis en el
presente todo eso que la mente llama a situar en el futuro.
Recuerda: ya eres todo lo que tu
Corazón pueda anhelar; y ya todo es como tu Corazón pueda anhelar. Vive en Paz
y en Confianza.
Recuerda: No existen los errores. No
hay errores en tu vida. No hay errores en la vida (los demás, el mundo...).
Vive en Paz y en Confianza.
La inmortalidad es vuestra esencia;
la mortalidad, una aventura.
Ya eres y todo es como tu Corazón
pueda anhelar.
Vive en Paz y Confía
Tras la
publicación de la anterior entrada del blog, Vive en Paz y Confía, Diana Santos
Cid (http://dianasantoscid.wordpress.com),
compañera y Acompañante del Alma, me ha remitido el texto, francamente
excepcional, que a continuación se transcribe.
Seguro que
lo disfrutaréis. ¡Muchas gracias, Diana!
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Cuando
comencé a confiar de verdad…
Deje a un
lado los miedos, el miedo a la muerte, y el miedo a la Vida, deje atrás el
miedo de perder algo, porque en verdad nada me pertenecía, solté los apegos
mundanos, el aferramiento a las cosas materiales, situaciones o personas, deje
de tenerle miedo a quedarme sin nada, porque al mundo sin nada había venido, y
así también me marcharía. Aprendí a disfrutar de cada “cosa” de cada situación
sin intentar retenerla a mi lado más que la Providencia decidiera conveniente,
aprendí a vivir ese presente, sabiendo que todo es impermanente, y que todo
tiene un principio y un final, mejor dicho, todo tiene su propio ciclo…y nada
en verdad termina, porque después de un final, siempre hay un volver a
comenzar. Y eso me hizo instalarme en la Confianza, sabiendo que la Vida es un
fluir constante... una bella danza, lo que hoy es hermoso y fresco, mañana se
seca y marchita…pero eso no tiene porque darnos ningún miedo…la naturaleza es
así de cambiante y eternamente cíclica, Todo tiene un porque y un para qué.
Cuando
comencé a confiar de verdad, le perdí el miedo a la muerte de lo que creí ser,
a la muerte del ego, deje de tener miedo a perder esa identidad con la que
tantas veces me había identificado, miedo a dejar querer tener la razón, solté
el aferramiento a las costumbres, hábitos, y opiniones, deje de intentar hacer
algo por los demás, sabiendo con firmeza, que cada cual tiene su proceso
perfecto, y su camino, poniendo mi confianza también en ellos, reconociéndolos
como sabios y dioses encarnados al igual que yo. Y eso me dio Paz…porque supe
que todo era perfecto, y no tenía que intentar “ayudar” cambiando a nadie ni a
nada, y así pude amarlos tal y como eran…
Cuando
confié de verdad…dejé de rechazar…de rechazar lo que a mi mente no le gustaba o
no le encajaba en ese preciso instante, y comencé a comprender, que todo lo que
a mi llega es un hermoso Regalo traído por la Providencia para mi crecimiento y
evolución. Deje de etiquetar las cosas y sucesos como buenos y malos, deje de
ver el negro y el blanco…y comencé a verlo todo de colores…y con una sonrisa de
paz y confianza…pude abrir los brazos para recibir agradecidamente lo que la
Vida tuviera preparado para mí en ese instante.
Cuando
confié de verdad…deje de proyectar, de desear, de querer correr tras sueños y
futuros lejanos…y me instalé en el eterno Presente, sabiendo que todo lo que
necesito realmente ya lo tengo, porque al igual que a los pájaros cada día le
llega todo aquello que necesitan para vivir, a mi la vida también me cuida y
abraza cada día…Y también eso…inevitablemente me lleno de Paz. Supe con firmeza
que desde el no desear nada…todo llegaba a mí, desde la calma, la confianza y
la quietud, desde el Ser…
Cuando
Confié de verdad…Deje de intentar ser algo que no era por los demás, y
simplemente comencé a ser yo misma, y a vivir mi propia vida. Pero también deje
de intentar ser algo que ya era, deje el perfeccionismo y la auto-exigencia,
solté los tantos quehaceres diarios, y los propósitos personales, para darme
cuenta que ya era todo aquello que anhelaba, y que era perfecta tal cual era, y
comencé a amarme y así pude amar realmente a los demás. Y la Paz comenzó a
inundarme al soltar todo aquellos lastres y pesos que yo misma me había cargado
..por el simple hecho de no confiar en la Vida.
Cuando
confié de verdad y la Paz se quedó en mí…pude escuchar claramente la voz de mi
Ser susurrando dentro de mí, y deje poco a poco de escuchar la voz de mi mente
que me quería confundir... la seguía oyendo, pero ya no la escuchaba, porque la
voz del Espíritu era mucho más poderosa, sutil y amable…pero poderosa sin
medida, comencé a confiar en mi Maestro interior, ese que siempre me había
guiado por el camino de la Verdad, supe que Él, era mi mayor aliado, mi
mayor maestro y amigo y compañero fiel, el que nunca me había dejado de
susurrar aunque a veces no lo hubiera escuchado…
Y
entonces…deje de buscar y deje de querer encontrar algo, deje de seguir a
nadie, ni a nada, sin dogmas, sin religiones, dejé de leer a otros….cerré los
libros...y abrí mi corazón…para escuchar a mi interior, que era la Voz de Dios,
que reside dentro de todos.
Y la
Confianza y la Paz se instalaron felizmente en mí…
Ya nada era
igual a lo que un día fue…ahora ya sólo me quedaba Vivir gozando de la Vida tal
cual era, llena de entusiasmo, de dicha, sin deseos, sin miedos, sin pasado,
sin futuro, sin muerte, sin fin…ceso todo y me dejé en manos del Padre Madre
que todo lo sostiene en amor y compasión, me abandone, vencí al mundo y por fin aprendí, lo que Realmente era
Vivir.
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