La culpa es como un boomerang. Si culpas a alguien, esta emoción irá con ese alguien. Pero como ese alguien es otro tú en todos los aspectos, esa culpa regresará a ti, con la velocidad de la luz y te sentirás extraña e inocentemente culpable, hasta que te hagas cargo de lo que te duele sin involucrar a nadie más.
El contenido de esta frase es de fácil verificación, basta con que mires atrás, a tu propia vida y te darás cuenta de que entre mayor cantidad de culpables haya, más cadenas arrastras. Pero aun con todo lo real que puede ser, hay que reconocer que la culpa es un paso necesario, es de esos errores que vale la pena cometer.
¿Y habrá errores de este tipo? ¿habrá errores que vale la pena cometer? te preguntarás por lo que acabas de leer. Y en realidad si. Todos los errores son valiosos pero hay unos que lo son más que otros. De hecho, son estas afirmaciones las que causan dolor en muchas mentes. Ellas se revuelcan preguntándose: ¿Cómo es posible que una maestra espiritual como Vivi Cervera piense así? ¿Cómo puede ser tan permisiva? ¿No es esto peligroso? ¿Qué será de nuestros hijos si leen esto? ¿Se volverán más indolentes, irrespetuosos e irresponsables? (Sí, las tres con i).
Lo peligroso está en esta serie de preguntas que quizá te haces, porque ellas están enfocadas en hacerte sentir más culpable de lo que ya naciste. Lo indolente aparece cuando olvidas que eres human@. Lo irrespetuoso sale a flote cuando desconoces que cada error cometido sólo sucedió, se salió de tus manos, ocurrió. Lo irresponsable llega cuando ignoras que mi voz y la de tus hijos está dentro de ti.
Amad@ lectora y lector. Yo no espero que coincidas siempre conmigo porque estoy de acuerdo con lo que dijo Lucrecio el poeta y filósofo romano: lo que para media humanidad es alimento, para la otra media es veneno.
Yo sólo creo que tienes la libertad de elegir y en gran parte de mis escritos te he pedido que pongas en duda lo que te entrego y que pongas por encima de mi voz, la voz de tu corazón, porque ese es tu mejor guía. Así que creo que finalmente estamos de acuerdo. A final de cuentas vuelvo al principio... Si no hubiera desacuerdos o diferencias de opinión, yo no habría escrito este boletín, por eso todos los errores son valiosos.
Te amo. Gracias por leerme.
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